En la Revista Veintitres de esta semana sali publicada (en tapa) una muy buena nota sobre “Los riesgos de vivir hiperconectados: Prisioneros de la red” de Raquel Roberti y Jorge Repiso (informe). En ella se describen algunos notas salientes sobre las nuevas formas de conectividad (mejor dicho, de hiperconectividad) que estn apareciendo en la Argentina. Jorge me hizo unas preguntas por telfono hace unos das y desde aquella charla no pude dejar de pensar / sentir como han cambiado las cosas… en 20 aos?, no, tan solo en cinco. Es necesaria toda esta hiperconexin? Para qu, para quines? Nos favorece como personas, ciudadanos, trabajadores, creativos, comunidades? Pueden estas tecnologas pasar a ser descomunales? Entre otros puntos en la nota se expresa que:
“Este ao el hit del verano no pas por las canciones especialmente diseadas para una publicidad; nada de que “te clavo la sombrilla ni de bombn asesino. La frase que se repiti hasta el cansancio en todos lados y por gente de todas las edades fue enviado desde mi (complete con lo que corresponda: BlackBerry, iPhone, etc.). Es que as como aquellas msicas se pegaban como chicle y llevaban al espritu a un clima de diversin desinhibida, stas le hacen escuchar un imperativo de nuestros tiempos: hay que estar conectado en todo momento y lugar. El celular de tercera generacin (3G), obvio, la netbook, la tablet, la PC, todo con wi fi (conexin inalmbrica a Internet) fueron vedettes en las playas argentinas y tambin en la ciudad. Imprescindibles para chequear Twitter, Facebook y prenderse en la ltima onda de las redes sociales, Foursquare, que en el primer ao de vida creci un impresionante 3.400 por ciento para alcanzar los seis millones de usuarios en el planeta. Y para no perder oportunidad, General Motors Argentina lanzar una versin de su ltimo modelo, el Chevrolet Agile, con chip de wi fi y acceso a las aplicaciones de Google. Vivir hiperconectados, de eso se trata. Suena tentador, pero satisfacer el ego contando cada paso que se da, tambin tiene sus riesgos. Y esos pasos narrados van desde cuestiones de inseguridad hasta de salud, pasando aunque suene contradictorio por las relaciones personales.”