Hacia el diseño estratégico de los entornos educativos

Los pesados sistemas educativos de la modernidad están cambiando rápidamente a nivel global. El avance de las tecnologías digitales e Internet los están transformando en una pieza fundamental para las políticas públicas de inclusión social, el desarrollo político-económico y la defensa de los intereses nacionales / regionales. El diseño estratégico de los entornos educativos comienza a verse como un nuevo horizonte, como un camino a recorrer por las agendas digitales a nivel global.

Desde finales de la década del ochenta la digitalización y el desarrollo de las redes electrónicas distribuidas (como Internet) fueron conquistando muchos de los campos que se entendían hasta esos momentos gobernados por formas autónomas e independientes. Los sistemas educativos nacionales no fueron la excepción. Las tecnologías digitales los atravesaron por completo y este es sólo el comienzo de procesos más profundos en la educación del siglo XXI.

Los cambios descritos son ostensibles. Se observan con claridad en las diferentes políticas públicas de incorporación de tecnologías digitales en las aulas argentinas: a nivel secundario, a través del programa Conectar Igualdad, a nivel primario a través de las recientes iniciativas de Aulas Modelo y las Aulas Digitales Móviles. Ahora bien, ¿cómo será la incorporación de estas tecnologías en las aulas dentro de unos años? ¿Es posible guiar, orientar o gobernar estos procesos a largo plazo?

Los sistemas educativos nacionales y las tecnologías digitales e Internet se articulan, mantienen relaciones de reciprocidad y convergencia. Uno de los mayores desafíos para planificar los sistemas educativos es, justamente, producir un conjunto de formas coherentes, sistemáticas, adecuadas y optimizables que permitan codificar las prácticas educativas en entornos digitales dinámicos y en constantes cambios. El concepto de diseño de entornos educativos puede servir a estos fines.

El diseño de cualquier entorno, más aún los educativos, requiere de una mirada profunda sobre el pasado, de una visión anticipatoria sobre el futuro y, fundamentalmente, de un enfoque situado en el tiempo presente. El diseño estratégico de los entornos educativos está atravesado por una lógica proactiva, abierta y experimental. En la era digital, su diseño se relaciona estrechamente a la construcción de laboratorios, al aprender experimentando y a las adecuaciones constantes.

¿Existe algún pre-requisito para estos diseños, para esta planificación de alto nivel de los sistemas educativos? Sí, claro, es muy importante entender que los actores más importantes del proceso educativo son los aprendices / estudiantes. Esto es lo que da sentido y razón a todo el sistema. Al igual que en Internet, el valor del sistema educativo se ubica en los extremos, en la relación concreta, situada, donde los aprendices son guiados por sus maestros / profesores / tutores.

Hace miles y miles de años que se aprende y se enseña. Estas dos prácticas son constitutivas de la condición humana, son piezas centrales de la supervivencia. Enseñar y aprender, la educación, cada vez más se consideran derechos humanos fundamental e inalienables. El valor dentro del sistema educativo tiene que poder distribuirse y generar las condiciones para que los aprendices tomen realmente el centro de la escena y puedan producir y compartir valor en este nuevo espacio.

Aquí es donde comienza el diseño de los entornos educativos. Es decir, comienza justo allí donde se encuentra el mayor capital que tiene una sociedad: sus generaciones futuras. Con mayor o menor incorporación de tecnologías digitales, los sistemas educativos tuvieron, tienen y tendrán como principal objetivo la formación integral de ciudadanos libres, de ciudadanos que se socialicen en el respeto mutuo, la colaboracíon, la paridad y la diversidad.

Los sistemas educativos tienen una función central e indelegable. No existe desarrollo posible sin un sistema educativo que haya diseñado las estrategias conducentes, sin un sistema que pueda justificar ese desarrollo en el presente y, sobre todo, que pueda sostenerlo y optimizarlo en el tiempo. El diseño de los entornos educativos, además de un enorme desafío, es una pieza estratégica para diseñar políticas públicas orientadas a la inclusión social y al desarrollo político-económico.

No existen soluciones enlatadas que se puedan comprar en el mercado mundial. Tampoco existen recetas mágicas. Menos aún políticas públicas exentas de errores. ¿Es necesario correr riesgos y hacer caminos al andar? Sí, es recomendable. Este es, justamente, el proceso de aprendizaje. No hay recetas para construir un país. Por ello, es saludable mirar hacia el futuro, desear mejores sistemas educativos, orientarlos hacia un diseño estratégico y constuirlos colectivamente. Mucho por aprender.

* El Dr. Ariel Vercelli es Presidente de BIENES COMUNES A. C. e Investigador del CONICET / IEC-UNQ. Columna publicada en la sección de Tecnología de Télam. Sin licencia.

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