Hoy salió publicada en el diario Página 12 (Argentina) una excelente columna de opinión de Paola Fernández (Licenciada en Comunicación de la Universidad Nacional de Quilmes y maestranda de la Maestría de Industrias Culturales UNQ) sobre cómo construir una mejor cultura participativa en la era digital. La columna lleva por título “cultura participativa y derecho de autor“. Les recomiendo su lectura. Me gustó mucho el cierre:
“… el constituir redes no es sólo un acto social, sino una acción fundacional para la nueva participación. Elemento que tampoco podría realizarse si no se entiende el derecho a copiar como un derecho humano.”
Por otra parte, aprovechando el envión, hace unos meses también salió publicada una columna de opinión (¡vaya qué reflexión!) que me gustaría compartirles. La columna la escribió Carla Fabri en el Diario ABC (sección la Canasta Mećanica) y en ella nos invita a reflexionar sobre qué (re)significa copiar. La columna es una joya de lectura profunda y pausada (¡vale suspirar!). Me gustó mucho recordar que:
“No es sencillo plagiar y lo afirmo desde el pecado. En su ensayo De los libros, con irónico desparpajo, Montaigne reconoce que toma prestadas ideas y frases de otros libros, que enmascara a propósito su práctica y que con toda intención no menciona sus fuentes. Claro que Montaigne se inspiraba en valiosas fuentes como Plutarco y Séneca.
Grandes autores como Shakespeare, Stendhal, Baudelaire y, más cerca de nuestro tiempo, Jorge Luis Borges, Alfredo Bryce Echenique y, hace muy poco, Arturo Pérez Reverte fueron denunciados de haber cometido plagio. En el momento de justificar las semejanzas que existen entre su cuento El otro y la narración de Giovanni Papini Dos imágenes en un estanque, Borges escribió: “Leí a Papini y lo olvidé. Sin sospecharlo, obré del modo más sagaz; el olvido bien puede ser una forma profunda de la memoria?.”