Propuesta de reforma al derecho de privacidad en la Unión Europea

La privacidad, la intimidad y la protección de datos personales están entre los derechos básicos más resignificados en la era digital. Los invasivos modelos de negocio de las grandes corporaciones comerciales y la inacción que muestran los Estados está produciendo niveles alarmantes de desprotección ciudadana. En este contexto la Comisión Europea presentó una reforma legislativael 25 de enero que busca elevar los niveles de protección a la privacidad de sus ciudadanos.

La iniciativa presentada busca fortalecer tanto el derecho a la privacidad de sus ciudadanos como ampliar la economía digital de la Unión Europea. La reforma procura armonizar entre los países miembros de la Unión la dispar y fragmentaria implementación que tuvo la legislación de 1995. Puede parecer gracioso, pero la campaña publicitaria de la reforma trata sobre la desnudez.

En concreto, la propuesta de la Comisión contiene un reglamento con el marco general de protección de datos de la Unión Europea y una amplia directiva sobre la protección de los datos personales con fines de prevención, detección, investigación o persecución de delitos. Según la Comisión Europea, la legislación ofrece mayores derechos a los ciudadanos e intensifica las responsabilidades hacia las empresas que gestionan datos personales.

La Comisión espera que con la reforma los ciudadanos europeos tengan un acceso más amplio, sencillo y efectivo a sus datos personales. Como ya se había anunciado, la reglamentación reguló explícitamente el derecho al olvido / a ser olvidados. Esto podría aumentar la capacidad que tienen los ciudadanos para gestionar (rectificar, borrar o restringir) sus datos personales e, incluso, para borrarlos definitivamente cuando no existan razones legítimas para conservarlos.

La reforma también busca que los ciudadanos puedan transferir con mayor facilidad sus datos personales desde un proveedor de servicios hacia otro. Esto podría definirse como un incipiente derecho ciudadano al mayor control y la portabilidad de sus datos. Así, ante incumplimientos o violaciones a sus derechos, los europeos podrían dirigirse a la autoridad de protección de datos de cada país, incluso cuando sus datos sean tratados por empresas ubicadas fuera de la Unión.

Por datos personales se entiende cualquier información de carácter privado, público o comunitario. En la era digital la obtención, almacenamiento y comercialización de datos personales se ha vuelto clave para los modelos de negocios corporativos. Estos datos son utilizados por todo tipo de empresas, desde bancos y compañías de seguros hasta empresas de publicidad, medicina, comunicación, buscadores de Internet, pago en línea o las redes sociales.

La privacidad y la protección de datos personales a nivel mundial atraviesa su peor momento. Para peor, además de insuficientes, las reformas propuestas por la Comisión Europea no son inmediatas. Su reciente presentación sólo inició la fase de discusión ante el Parlamento Europeo y cada uno de los Estados miembros. Con lo cual, la reforma podría entrar en vigor recién dos años después de su adopción y estar plenamente vigente no antes de tres largos años. ¿No será tarde?

Lejos de proteger a los ciudadanos, las actuales regulaciones sobre privacidad y protección de datos personales sólo responden a las necesidades del mercado global de las grandes corporaciones. La desaparición de la privacidad está teniendo efectos muy profundos. El derecho a la privacidad sirve, entre otros, como un fuerte pilar de la dignidad humana y la libertad de expresión. Si su ecuación y balance cambió, entonces, en la era digital, la democracia también está cambiando radicalmente.

* El Dr. Ariel Vercelli es Presidente de BIENES COMUNES A. C. e Investigador del CONICET / IEC-UNQ. Columna publicada en la sección de Tecnología de Télam. Sin licencia.

Dejá un comentario