La neutralidad de la red, lejos de ser un concepto técnico, es una metáfora malintencionada, errónea e impropia del diseño arquitectónico que sustenta a Internet. Hace años que está políticamente definida, sus principios fueron codificados (tecnologizados) en su arquitectura originaria. Internet es una red de arquitectura distribuida, abierta y de producción colaborativa entre pares: se sustenta en el argumento filosófico-político “end to end” (e2e, de fin a fin, de extremo a extremo).